¿Que es el dolor?
El dolor es la sensación desagradable que percibimos frente a una lesión o un daño en nuestro organismo.
En la actualidad, constituye la causa de consulta médica más frecuente en nuestra sociedad. Cuando éste se prolonga en el tiempo se clasifica como dolor crónico y puede conllevar cambios en nuestro cerebro que acaban afectando a nuestra esfera emocional.
Los cuadros de dolor crónico más frecuentes en la población, sin duda, son el de espalda, el de rodilla, hombro y cadera. Pero, vivir sin dolor es posible: un buen terapeuta debe averiguar la causa y decidir el tratamiento que cure o alivie el dolor.

Cuadros típicos del dolor de espalda
Causas del dolor
El dolor mecánico es el producido por malas posturas y sobrecargas. Posturas patológicas y mantenidas pueden terminar cambiando la orientación de las vértebras o causar sobrecarga en discos, ligamentos y facetas articulares.
Estas modificaciones biomecánicas serían responsables de la mayoría de los episodios de dolor de espalda.
El dolor mecánico es típicamente inconstante a lo largo del tiempo. Su localización puede ser fija o cambiante.
Habitualmente empeora con ciertos movimientos. Pero, por la misma regla, el movimiento correcto, guiado por el terapeuta, puede ser utilizado como herramienta para curar. El dolor mecánico responde poco a la medicación antiinflamatoria.
Estas modificaciones biomecánicas serían responsables de la mayoría de los episodios de dolor de espalda.
El dolor mecánico es típicamente inconstante a lo largo del tiempo. Su localización puede ser fija o cambiante.
Habitualmente empeora con ciertos movimientos. Pero, por la misma regla, el movimiento correcto, guiado por el terapeuta, puede ser utilizado como herramienta para curar. El dolor mecánico responde poco a la medicación antiinflamatoria.
El dolor inflamatorio es el que aparece después de un daño o una lesión, y la respuesta típica está caracterizada por la presencia de calor, hinchazón, rubor.
Normalmente esta respuesta desaparece con la curación de la lesión.
Cuando esto no ocurre porque la lesión perdura en el tiempo, ocurren cambios bioquímicos que hacen que las neuronas que detectan el dolor se vuelvan hipersensibles.
El dolor se vuelve más «crónico» y con un umbral más bajo.
Encontramos este tipo de dolor en cuadros de artrosis, en enfermedades reumatológicas (artritis), asi como en algunos cuadros de dolor de espalda.
Normalmente esta respuesta desaparece con la curación de la lesión.
Cuando esto no ocurre porque la lesión perdura en el tiempo, ocurren cambios bioquímicos que hacen que las neuronas que detectan el dolor se vuelvan hipersensibles.
El dolor se vuelve más «crónico» y con un umbral más bajo.
Encontramos este tipo de dolor en cuadros de artrosis, en enfermedades reumatológicas (artritis), asi como en algunos cuadros de dolor de espalda.
El dolor neuropático es muy característico y reconocible.
Se trata de sensaciones tales como pinchazos, hormigueo, quemazón, ardor o descargas eléctricas.
Se deben a la lesión de los nervios que trasmiten las sensaciones y entre ellas la del dolor. Es decir que es una lesión de las vías del dolor. Puede ocurrir en cualquier punto, desde los receptores del dolor que tenemos en la piel hasta el cerebro.
Por lo tanto puede presentarse por un herpes, por una hernia discal que comprime un nervio espinal, por un trauma que daña los nervios de un miembro, por una enfermedad como la diabetes que ataca las terminaciones nerviosas o por un ictus que lesiona una zona del cerebro implicadas en la trasmisión del dolor, entre otras muchas causas.
Se trata de sensaciones tales como pinchazos, hormigueo, quemazón, ardor o descargas eléctricas.
Se deben a la lesión de los nervios que trasmiten las sensaciones y entre ellas la del dolor. Es decir que es una lesión de las vías del dolor. Puede ocurrir en cualquier punto, desde los receptores del dolor que tenemos en la piel hasta el cerebro.
Por lo tanto puede presentarse por un herpes, por una hernia discal que comprime un nervio espinal, por un trauma que daña los nervios de un miembro, por una enfermedad como la diabetes que ataca las terminaciones nerviosas o por un ictus que lesiona una zona del cerebro implicadas en la trasmisión del dolor, entre otras muchas causas.
