
Centro especializado en el tratamiento del dolor de espalda.
Expertos en la gestión integral del paciente con dolor originado en la columna vertebral.
Cuadros típicos del dolor de espalda
La lumbalgia es un dolor profundo o mal localizado en la zona lumbar (entre la costilla 12 y la cresta ilíaca). Puede irradiarse a glúteo, ingle, cadera, muslo y rodilla. Es muy frecuente y remite espontáneamente en la mayoría de los casos en menos de 30 días. Es conocido como lumbalgia inespecífica porque no siempre somos capaces de identificar cuál es su causa o cuáles son los tejidos dañados.
El dolor proviene de una alteración mecánica, o de la inflamación o lesión de alguna de las estructuras que forman el complejo sistema del raquis lumbar: músculos, ligamentos, facetas articulares, discos intervertebrales, articulación sacro-iliaca, o nervios.
La lumbalgia no debe considerarse una enfermedad en si misma.
Existen medios para tratar con éxito tanto la lumbalgia mecánica como la inflamatoria.
El dolor proviene de una alteración mecánica, o de la inflamación o lesión de alguna de las estructuras que forman el complejo sistema del raquis lumbar: músculos, ligamentos, facetas articulares, discos intervertebrales, articulación sacro-iliaca, o nervios.
La lumbalgia no debe considerarse una enfermedad en si misma.
Existen medios para tratar con éxito tanto la lumbalgia mecánica como la inflamatoria.
La cervicalgia es un dolor profundo que afecta al cuello y que se puede irradiar a los músculos trapecios, los hombros y la cintura escapular, pero también a la cara o la cabeza, dando lugar a cefaleas.
De resolución espontánea en la mayoría de los casos, su decurso es breve, no superando las dos semanas habitualmente.
La cervicalgia surge por alteración mecánica o por inflamación o lesión de facetas articulares en la mayoría de los casos, y en menor medida por patología del disco intervertebral.
Como en el caso de la lumbalgia, la aparición de la cervicalgia no debe alarmar porque, aunque no se resuelva espontáneamente, existen medios para aliviar con éxito este cuadro típico de dolor.
De resolución espontánea en la mayoría de los casos, su decurso es breve, no superando las dos semanas habitualmente.
La cervicalgia surge por alteración mecánica o por inflamación o lesión de facetas articulares en la mayoría de los casos, y en menor medida por patología del disco intervertebral.
Como en el caso de la lumbalgia, la aparición de la cervicalgia no debe alarmar porque, aunque no se resuelva espontáneamente, existen medios para aliviar con éxito este cuadro típico de dolor.
El disco intervertebral, como otros tejidos de nuestro organismo, está sujeto a fenómenos de envejecimiento, perdiendo su elasticidad.
Los primeros signos de degeneración consisten en la pérdida de agua y su consecuente deshidratación.
Más adelante el disco se puede abombar, pueden aparecer fisuras en el anillo que lo contiene con eventual pérdida del contenido discal, hasta verdaderas rupturas conocidas como hernias discales.
La presión mecánica del disco sobre los nervios espinales contiguos puede ocasionar dolor a lo largo de los miembros superiores o inferiores, según que la lesión sea cervical o lumbar.
En ocasiones el contenido del disco puede desencadenar un proceso inflamatorio que afecta a los nervios espinales causando irritación y dolor.
Los primeros signos de degeneración consisten en la pérdida de agua y su consecuente deshidratación.
Más adelante el disco se puede abombar, pueden aparecer fisuras en el anillo que lo contiene con eventual pérdida del contenido discal, hasta verdaderas rupturas conocidas como hernias discales.
La presión mecánica del disco sobre los nervios espinales contiguos puede ocasionar dolor a lo largo de los miembros superiores o inferiores, según que la lesión sea cervical o lumbar.
En ocasiones el contenido del disco puede desencadenar un proceso inflamatorio que afecta a los nervios espinales causando irritación y dolor.
Se trata de una estrechez del canal lumbar causada por fenómenos degenerativos de los discos intervertebrales, de las facetas articulares, del ligamento amarillo, o por listesis vertebral.
Los pacientes notan un dolor sordo que suele aparecer en la zona lumbar y en las piernas exclusivamente al caminar o estar de pie. Dicha molestia desaparece en reposo, pero limita notablemente la autonomía; en los estadios avanzados puede impedir caminar del todo y alterar el control de los esfínteres.
Afecta a un alto porcentaje de la población adulta y su tratamiento definitivo es quirúrgico, aunque existen múltiples soluciones para aliviar el sufrimiento sin cirugía.
Los pacientes notan un dolor sordo que suele aparecer en la zona lumbar y en las piernas exclusivamente al caminar o estar de pie. Dicha molestia desaparece en reposo, pero limita notablemente la autonomía; en los estadios avanzados puede impedir caminar del todo y alterar el control de los esfínteres.
Afecta a un alto porcentaje de la población adulta y su tratamiento definitivo es quirúrgico, aunque existen múltiples soluciones para aliviar el sufrimiento sin cirugía.
La osteoartrosis es la enfermedad articular más común entre los humanos y es una de las causas más importantes de discapacidad entre las personas mayores.
Dado que nuestro cuerpo posee numerosas articulaciones, la osteoartrosis puede tener una o muchas localizaciones. Las rodillas, caderas, manos y la columna vertebral están muy expuestas a la artrosis con la consecuente inflamación, dolor y limitación funcional.
Es la evolución de los cambios que acontecen con la edad.
El dolor que produce la osteoartrosis en sus diferentes localizaciones puede controlarse en casi la totalidad de casos.
Dado que nuestro cuerpo posee numerosas articulaciones, la osteoartrosis puede tener una o muchas localizaciones. Las rodillas, caderas, manos y la columna vertebral están muy expuestas a la artrosis con la consecuente inflamación, dolor y limitación funcional.
Es la evolución de los cambios que acontecen con la edad.
El dolor que produce la osteoartrosis en sus diferentes localizaciones puede controlarse en casi la totalidad de casos.
El síndrome de cirugía fallida de espalda hace referencia a los pacientes que después de haber sido sometidos a una cirugía de columna vertebral, siguen padeciendo dolor crónico persistente.
Dentro del mismo están incluídos un grupo diverso de pacientes sometidos a gran variedad de cirugias en la columna, con resultados insatisfactorios.
Las causas del síndrome del síndrome de cirugía fallida de espalda, se pueden resumir en las siguientes:
1. Fibrosis del canal medular.
Después de cualquier intervención en la columna, es normal que ocurra la cicatrización. Gracias a esto se produce el cierre de la herida, con formación de la cicatriz superficial que vemos en la piel. Pero, además, esta misma cicatriz se extiende en profundidad afectando a los músculos, grasa y hueso. Cada persona cicatriza de una forma diferente, y el problema ocurre cuando la cicatrización es excesiva. Esto es lo que ocurre en la fibrosis del canal medular, en la que la cicatriz crece de forma desmesurada y se adhiere a los nervios causando dolor crónico persistente.
2. Inestabilidad de la columna.
En este caso, se produce un movimiento excesivo de las vértebras, lo que puede atrapar la médula o los nervios. Esto se puede producir porque en la anterior cirugía se haya extirpado el tejido óseo, los ligamentos que fijan la columna, o bien porque que no hayan prendido los injertos óseos que se han colocado.
3. Inadecuada selección de los pacientes para la cirugía.
4. Reaparición de las hernias discales.
Los síntomas varían según la zona afectada.
Cuando afecta a la zona lumbar, se produce dolor y pesadez en la zona lumbar, glúteos y piernas. Cuando afecta a la zona cervical, se produce dolor cervical y en los brazos. Se trata de un dolor intenso y persistente, que alivia escasamente con el tratamiento farmacológico o rehabilitación. Con el tiempo, el daño puede ser tan severo que cause disfunción de los nervios con debilidad en miembros, atrofia muscular, imposibilidad para caminar o disfunción de la vejiga o intestino (incontinencia).
Dentro del mismo están incluídos un grupo diverso de pacientes sometidos a gran variedad de cirugias en la columna, con resultados insatisfactorios.
Las causas del síndrome del síndrome de cirugía fallida de espalda, se pueden resumir en las siguientes:
1. Fibrosis del canal medular.
Después de cualquier intervención en la columna, es normal que ocurra la cicatrización. Gracias a esto se produce el cierre de la herida, con formación de la cicatriz superficial que vemos en la piel. Pero, además, esta misma cicatriz se extiende en profundidad afectando a los músculos, grasa y hueso. Cada persona cicatriza de una forma diferente, y el problema ocurre cuando la cicatrización es excesiva. Esto es lo que ocurre en la fibrosis del canal medular, en la que la cicatriz crece de forma desmesurada y se adhiere a los nervios causando dolor crónico persistente.
2. Inestabilidad de la columna.
En este caso, se produce un movimiento excesivo de las vértebras, lo que puede atrapar la médula o los nervios. Esto se puede producir porque en la anterior cirugía se haya extirpado el tejido óseo, los ligamentos que fijan la columna, o bien porque que no hayan prendido los injertos óseos que se han colocado.
3. Inadecuada selección de los pacientes para la cirugía.
4. Reaparición de las hernias discales.
Los síntomas varían según la zona afectada.
Cuando afecta a la zona lumbar, se produce dolor y pesadez en la zona lumbar, glúteos y piernas. Cuando afecta a la zona cervical, se produce dolor cervical y en los brazos. Se trata de un dolor intenso y persistente, que alivia escasamente con el tratamiento farmacológico o rehabilitación. Con el tiempo, el daño puede ser tan severo que cause disfunción de los nervios con debilidad en miembros, atrofia muscular, imposibilidad para caminar o disfunción de la vejiga o intestino (incontinencia).